Después de tanto tiempo escribiendo para ustedes, supongo que no les resultará sorprendente que confiese algo avergonzada que me gusta soñar y ensoñar muy a menudo. Imaginar y disfrutar concibiendo rutas alternativas, enfoques distintos, metodologías inexploradas. Son vacuidades enfurecidas de quien seguramente tiene demasiado ocio y poco negocio, pero siempre me ha gustado barruntar entre nubes (algunas ligeras y otras cargadas de chubascos, de todo hay en la viña del Señor).
Lo curioso de este atolondramiento mental es que de vez en cuando me he encontrado con personas singulares que se veían conducidas por derroteros similares y eso no les diré que me confortaba, tampoco que me sentía comprendida, simplemente observaba con curiosidad y sonreía cuando se daba la ocasión. Por qué les cuento todo esto, porque a veces las ensoñaciones se nos escapan y no nos conformamos con cerrar los ojos y fantasear y nos atrevemos a plasmar, a esbozar, y de pronto nos vemos engullidos en esa soberbia artística que lleva a intentar hacer realidad nuestros sueños.
Dios me libre de parecerme a Martin Luther King, pero he de confesarles que un día soñé con un lugar donde el pensamiento estuviera en el centro, donde la argumentación y la sabiduría embargaran cada rincón, cada intervención, cada personaje y cada fragancia… Pensé un lugar reconfortante para aquellas personas ávidas de reflexión y sedientas de conocimiento. Y para mí asombrosa satisfacción descubrí no sólo que no era la única, sino que una de las personas a las que más amo en este mundo soñaba sincrónicamente y al mismo tiempo con el mismo espacio que yo (seguramente ya lo habitaba, nunca me atreví a preguntar). Nos miramos, nos sonreímos, y let’s roll!
Hoy Tivoli cumple un mes en una red social tan pomposamente estética como es Instagram. Hace un mes que lanzamos nuestra primera publicación, hace un mes que tenemos calendarios llenos de programaciones, hace un mes que nos reunimos, que hablamos, que pensamos, que organizamos, que nos coordinamos. Hace un mes que Tivoli echó a andar. Aunque no quisiera engañarles, Tivoli viene de lejos, de muy, muy lejos.
¿Qué es Tivoli? No es nada y lo es todo, Tivoli (no) es lo que es, es lo que podría ser. Tivoli es pensar, Tivoli es dar rienda suelta a un lugar en el que filosofía, psicología y hábitos de vida se den la mano como siempre habría tendido que ser, como a veces nos lo arrebatan, como siempre hemos de reivindicar.
Tivoli se presenta al mundo en las redes sociales pero su vocación es ir más allá. Parte de un no lugar a un lugar. Es un proyecto al que estamos dando forma. Es un proyecto que está viendo la luz como aquel escogido por Platón para poco a poco vislumbrar vida fuera de la caverna. Es un refugio para gente sabia. Es un lugar en el que deseo encontrarme a cada uno de ustedes. No dejen de pensar, un saludo y sapere aude!
3 comentarios en “@tivoli.pensamiento. A heaven for wise people… Bienvenidos.”
¡Enhorabuena y suerte con el proyecto!
¿Seguiremos leyendo nuevas entradas en incorrección política?
Muchísimas gracias, en Tivoli está todo por hacer y, como diría Martí i Pol, «tot és possible». Sea como fuerte, por supuesto, querido amigo, Incorrección Política seguirá albergando mis divagaciones puntualmente. Gracias por leerme, gracias por el apoyo. Un abrazo.
Me alegra mucho la confirmación, sobre todo teniendo en cuenta que no estoy registrado en Instagram. Seguiré pendiente a las notificaciones por correo.
¡Mucho éxito en la aventura!